Pablo Paniagua me ha enviado su «MANIFIESTO DEL ESCRITOR WEB» en el que refleja su preocupación sobre las dificultades del escritor en estos tiempos de consumismo y prisa. Es cierto que el mundo editorial muestra con frecuencia un rostro agresivo totalmente vinculado a la economía de mercado y a la necesidad de generar productos de alto rendimiento y vida breve. La literatura para este sector no es más que una excusa de negocio.
También hace referencia a la cada vez más dudosa honestidad los concursos literarios y a otras cuestiones directamente relacionadas con el mundo de la creación, para acabar animando a los nuevos escritores a involucrarse decidida y prioritariamente en Internet.
Tal vez sería preciso matizar algunas cuestiones, puesto que no todas las editoriales se han decantado por el negocio puro y duro, ni todos los círculos literarios convencionales se rigen por el amiguismo descarado o la correspondencia de invitaciones interesadas. Tampoco hay que dejar de lado que en Internet cabe todo: la buena literatura, la literatura de consumo fácil (que no necesariamente ha de ser mala por definición) y esa gran cantidad de “escribidores” que consideran que cualquier texto, por serlo, se inscribe en la literatura. Internet también nos acerca a esa multitud de personajes egocéntricos que se repiten como octavillas en todos los sitios posibles e imposibles y que llenan nuestras bandejas de correo electrónico de pretensiones y cursiladas, cuando no de despropósitos.
Lo mejor de estos manifiestos, creo, radica en la posibilidad de generar nuevos debates sobre los canales de difusión de la creación literaria y artística en general, los riesgos del elitismo convencional aplicados a la Red y los de la “democratización” hasta el extremo. Así como la proliferación de publicaciones que repiten hasta la saciedad contenidos ya publicados y que seguirán publicándose. Si se utiliza cualquier buscador como índice del gran libro llamado Internet veremos que un mismo poema o cuento puede aparecer en cientos de páginas diferentes, ¿tiene sentido esta multiplicación de egos sin fin?
Todas las épocas han tenido sus escritores y artistas de moda, después el tiempo filtra y deja una mínima parte que, aún así, puede ser excesiva. Tengo la sensación de que lo que quedará de está época no habrá tenido premios literarios, tal vez no habrá sido editado en papel tampoco, pero estar en Internet no garantizará absolutamente nada. El gran problema es la falta de criterio entre los editores, las publicaciones, los críticos y los propios autores. Navegamos a la deriva en un río revuelto lleno de pescadores, también en Internet.
Cuando llegue el criterio puede encontrarse con que el diluvio lo esté arrasando todo, se verá entonces qué ejemplares caben en el arca.
(del lat. «breviarius», compendioso) 1 m. Tratado poco extenso de una materia. Compendio. 2 (ant.) Libro de notas. 3 Libro de rezos... [María Moliner, Diccionario de uso del español]
sábado, 19 de enero de 2008
El delirio
Leído en El País:
«De la Vega asegura que la incorporación de Pizarro al PP supone el viraje a "la derecha más dura"
Aznar, por su parte, acusa a "los dirigentes de la izquierda" de ser los "más radicales de Europa"».
Leído en La Vanguardia:
«Aznar acusa al Gobierno de inventarse naciones para socavar la verdadera.
Dice que el Ejecutivo tiene a los dirigentes de izquierda "más ultras de Europa" y además es "la única izquierda del mundo desarrollado que no cree en su propia nación».
Lo he dejado escrito en ambas publicaciones: Lo de Aznar, su corte y su clero ya es el delirio.
«De la Vega asegura que la incorporación de Pizarro al PP supone el viraje a "la derecha más dura"
Aznar, por su parte, acusa a "los dirigentes de la izquierda" de ser los "más radicales de Europa"».
Leído en La Vanguardia:
«Aznar acusa al Gobierno de inventarse naciones para socavar la verdadera.
Dice que el Ejecutivo tiene a los dirigentes de izquierda "más ultras de Europa" y además es "la única izquierda del mundo desarrollado que no cree en su propia nación».
Lo he dejado escrito en ambas publicaciones: Lo de Aznar, su corte y su clero ya es el delirio.
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