Aznar acaba de hacer otras declaraciones sin desperdicio. Era fácil suponer que alguna vez bebiera vino, también puede suponerse que ahora lo haga con mayor frecuencia para olvidar…
Para olvidar sus artículos de juventud ensalzando el franquismo y cuestionando la democracia.
Para olvidar que cuando gobernaba dijo que quien no trabajaba en España era porque no quería.
Para olvidar que se hizo una foto en las Azores y nos metió en una guerra con falsos argumentos.
Para olvidar las risas y los aplausos de sus gentes cuando nos metía en la guerra.
Para olvidar su acento tejano en público y sus conversaciones catalanas en la intimidad.
Para olvidar las armas de destrucción masiva inexistentes.
Para olvidar sus mentiras después del atentado de Madrid.
Para olvidar que Acebes nos llamó miserables por sospechar una verdad que estaban ocultando.
Para olvidar su asistencia a manifestaciones con banderas de otro régimen y con himno nacional.
Para olvidar que en ellas los suyos dicen sufrir esa ceguera temporal que impide ver banderas.
Para olvidar que no votó a favor de una Constitución que después consideró intocable.
Para olvidar el sueldo de Rajoy.
Para olvidar alguna piscina de Mallorca.
Para olvidar los intereses de Zaplana.
Para olvidar que nadie le pida perdón por los siglos de presencia árabe en la península Ibérica.
Para olvidar sus otras muchas declaraciones o sus últimos viajes a Rusia.
Para olvidar que su Gobierno puso en marcha campañas como las que ahora critica.
Para olvidar que nunca nadie antes utilizó el terrorismo como arma electoral.
Para olvidar que debería tener vergüenza...
Y lo peor es que hay campaña electoral y tendrá que seguir bebiendo.
A otros les crecía la nariz.
Los demás no necesitamos vino para enrojecer.
Y a lo mejor nos llaman rojos.
¿Hará declaraciones sobre el botellón uno de estos días?
Bebamos para olvidar.
1 comentario:
bravo, bravo y bravo...
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