Contra las manifestaciones del 9 y 10 de marzo en España
Desde hace ya demasiado tiempo el Partido Popular ha tomado el rumbo de la peor extrema derecha imaginable y se ha convertido en una amenaza para la convivencia pacífica entre los españoles y para la credibilidad de las instituciones democráticas. Son demasiados los miembros del Partido Popular que tuvieron responsabilidades en la dictadura de Franco, demasiados los descendientes y herederos de aquellos cuarenta años de vergüenza e injusticia. Nuevamente parece ser cierto que la cabra tira al monte.
Aznar y su partido, haciendo oídos sordos al clamor de la calle, involucraron con mentiras al pueblo español en una guerra injusta como la de Irak, ¿no es eso terrorismo? La respuesta llegó con un atentado sangriento que golpeó Madrid, terrorismo igual de infame, el Partido Popular incrementó su capacidad para la manipulación y la mentira y perdió las elecciones.
Antes de eso, Aznar había dialogado con ETA y había cedido a sus exigencias como se ha demostrado públicamente, pero al actual presidente se le impide hacer lo mismo, se le calumnia y se busca su derribo por todos los medios. En el parlamento español, los senadores del PP impidieron con gritos e insultos que Rodríguez Zapatero explicase sus razones, un espectáculo indigno y vergonzoso. Nunca antes se utilizó el terrorismo como arma electoral.
Asistimos a un intento de derribo de los principios democráticos, se manipulan los símbolos y se falsea la realidad. Mañana podríamos contar la cantidad exacta de fascistas que viven en España si no fuese por la gran cantidad de ingenuos desinformados que saldrán para goce de los manipuladores. Rajoy, Acebes, Aznar y tantos otros han cruzado irresponsablemente las líneas de lo democrático.
Defender la libertad mañana implica permitir que salgan a la calle las huestes de la España profunda y cerril, la que siempre ha falseado la historia y nos ha condenado al atraso y al yugo de los caciques y señoritos. Defender las libertades mañana debería implicar quedarse en casa, no salir junto a esas banderas manchadas de mentiras. No ser cómplices del acoso y derribo en la calle a un presidente elegido en democracia.
La gente de buena voluntad debería seguir respetando el lazo azul pacifista que hoy ensucian los enemigos de la libertad y confiar en que vuelva la cordura, en que aparezca alguna voz sensata en un partido que socava nuestras instituciones y nuestra convivencia.
De actos como los de hoy y mañana sólo pude beneficiarse el aparato terrorista de ETA, al que se le da un protagonismo extra.
Nuestra voz se debe expresar en las urnas y la de los políticos en las instituciones, el Partido Popular rechaza el diálogo, no le sigas el juego.
Contra todo tipo de terrorismo y manipulación, porque tenemos derecho a vivir en paz.
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