jueves, 10 de noviembre de 2005

Anuncio para una crónica prescindible

La muerte viene lenta, como un veneno, a veces dulce, otras amargo. La muerte viene lenta, pero viene, quemadura invisible que parece aletargada y, sin embargo, avanza. Bajo la piel, la muerte crece. A partir de este momento podrás contar las horas.

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