jueves, 4 de enero de 2007

Gillo Pontecorvo

Gillo Pontecorvo
Gillo Pontecorvo, el director de La batalla de Argel

Por Carlos Giménez Soria

El cine político, subgénero fílmico que gozó de prestigio internacional durante los años 60 y 70, ha perdido a uno de sus realizadores más célebres: el cineasta italiano Gillo Pontecorvo fallecía el pasado 12 de octubre a los 87 años de edad, víctima de un ataque cardiaco. Aunque su obra es escasa, siempre ha sido especialmente destacada por su compromiso humano con algunos de los conflictos históricos más importantes acaecidos a lo largo del siglo XX.

Pontecorvo, nacido el 19 de noviembre de 1919 en Pisa, fue el pionero dentro de este popular subgénero cinematográfico junto al napolitano Francesco Rosi (Salvatore Giuliano, Las manos sobre la ciudad) y el greco-francés Constantin Costa-Gavras (Z, Desaparecido). Tras sus inicios como documentalista, debutó en el terreno del largometraje con Prisionero del mar (1957), relato sobre los problemas con las autoridades de un pescador que utiliza dinamita para capturar a sus presas. Su segunda película Kapò (1960), realista y escalofriante historia sobre los campos de exterminio nazi, le dio a conocer ante el gran público.

La batalla de ArgelSin embargo, no es hasta 1966 que Gillo Pontecorvo rueda su obra maestra: La batalla de Argel. Este famoso film narra el proceso final de desconolozación de Argelia desde el 1 de noviembre de 1954 hasta el 5 de julio de 1962, fecha en que el país se independizó definitivamente del dominio francés. Con un estilo narrativo a caballo entre el cine de ficción y la crónica documental, Pontecorvo logró una rigurosa y sobria recontrucción de las acciones llevadas a cabo en la capital por el Frente de Liberación Nacional.

En 1970, Pontecorvo contrata al actor norteamericano Marlon Brando para protagonizar Queimada, otra importante cinta de temática colonial acerca de una rebelión independentista que tiene lugar en una isla caribeña sometida por el gobierno portugués. Su último largometraje en solitario fue Operación Ogro (1978), obra fílmica que recrea el famoso atentado contra el almirante Carrero Blanco y que, a la vez, ofrece uno de los primeros testimonios rodados en España sobre la organización terrorista ETA.

Con una filmografía compuesta en su práctica totalidad de estos cinco títulos –y algunos pocos cortometrajes–, el fallecido Gillo Pontecorvo se ha hecho merecedor de figurar entre los grandes nombres de la Historia del Cine gracias a su particular aportación al panorama del cine político.


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